dissabte, 18 de juny del 2011

PORTADA , PINTURAS Y FOTOS DEL RELATO

Esta es la portada de nuestra novela; por fin les vemos las cara a los protagonistas, Nazareno y Esperanza. La dibujo una pintora de Cervello amiga nuestra. El libro ya esta impreso y a quedado precioso, el lunes ya lo tendré en las manos, nuestra amiga Rosa ya lo tiene.

Sigo con el relato, iré poniendo alguna pintura del libro. Los capítulos 14 es de Rosa, el 15 el mio y el que cierra esta entrega es de un maestro de Argentina.

Al Pan, Pan y al Vino, Vino

Al quedarse solos, Esperanza ordenó el arca y de pronto, algo visto en su interior le hizo recordar la cita que junto a sus hermanas tenía aquella tarde y exclamó casi con un grito que asustó a Nazareno.

-¡La fiesta! Es la hora de la fiesta sorpresa en la que me tengo que juntar con mis hermanas y sus respectivas familias y con tanta emoción se me había olvidado.

-¿De qué fiesta me hablas?

Mi abuela Marta, la madre de mi madre hoy cumple ochenta años y le hacemos una fiesta sorpresa. Estoy contenta porque voy a tener la ocasión de hablar con mis dos hermanas de todo lo que estoy viviendo últimamente. ¿Vienes conmigo?

-Pero...

-¡Date prisa, no hay tiempo que perder!

-Pero ¿dónde está tu abuela?

-En el Centri-Mayoris donde fue llevada por la Coalición cuando tuvo el accidente en el que perdió una pierna arrollada por una máquina en el trabajo.

-No sabía que viviera -comentó Nazareno mientras le seguía a paso ligero.

-Siempre que puedo voy a verla, es lo único que tengo de mi familia. Mis hermanas viven lejos y apenas nos vemos, por eso, cuando pienso que puedo recuperar a mis padres siento una emoción tan grande que es difícil de explicar. Mi otra abuela, la madre de mi padre, Alegría, murió hace años.

Al llegar al Centri-Mayoris, las hermanas de Esperanza estaban esperando su llegada y en sus rostros se reflejaba la preocupación de su tardanza. Ésta, al verlas, se fundió en un fuerte abrazo que aprovechó para susurrarles al oído con palabras claves, por miedo a ser gravadas sus conversaciones por espías mecanizados que custodiaban el centro de cualquier sospechoso que fueran en contra de la coalición, los acontecimientos de los últimos días. Pero ni a Jennifer ni a Abril le sorprendió en absoluto, ya que ellas también estaban recibiendo mensajes claves en el againer y ahora que Esperanza les revelaba las noticias recibidas del viejo mundo, confirmaban sus sospechas.

Marta, emocionada por la sorpresa causada por la inesperada visita de sus nietas, abrazaba a la recién llegada sin caer en la cuenta del día en el que vivía. Las tres hermanas junto a sus parejas, los niños y Nazareno le cantaron el cumpleaños feliz al tiempo que la obsequiaban con un pastel prefabricado que vendían para las celebraciones más importantes. La abuela sonreía feliz mientras saboreaba tan rico manjar que le hizo recordar los años de su juventud cuando aún vivían en el viejo mundo, antes que este desapareciera según le habían informado los de la Coalición.

Cuando acabó de comer alzó la mirada hacia sus visitantes para agradecerles una vez más el buen rato que le estaban haciendo pasar y, clavó su mirada en la imagen de Nazareno, desapercibida hasta aquel instante, pues la emoción la había apartado de todo ser viviente que no fueran sus nietas y la familia de estas. Entonces preguntó:

-¿Quién es este guapo joven que su cara me recuerda a alguien?

-Abuela, es un amigo, y su nombre es Nazareno -contestó Esperanza acercándose al muchacho-, tú no lo conoces.

-Nazareno -balbuceó la anciana-, claro, no podía ser otro.

-¿Lo conoces, abuela?

-Es el nieto de Esperanza, la hermana de Alegría, tu otra abuela. Teresita, su madre desapareció cuando desapareció mi pobre hija Victoria, vuestra madre. Para decir verdad, ese día desapareció mucha gente que según la coalición, eran personas indignas de esta vida, pero yo sé que no era así, porque mi hija e igual que muchos otros era buena.

Marta no pudo retener las lágrimas, que se deslizaban por su rostro deteriorado por los años, al recordar aquel lejano día en el que cambió su vida haciéndose cargo de las niñas y siempre con una pregunta en su mente que nadie supo contestar. ¿Por qué habían raptado a su hija? Aunque nadie supo la verdad, ella estaba segura que había sido raptada.

Nazareno y Esperanza se acercaron más a ella y una lluvia de preguntas calló sobre sus oídos.

-Hábleme de mi madre. ¿Cómo era? ¿Quién es mi padre?

-Abuela, ¿qué pasó con mi hermano?

La abuela intentaba contestar a los jóvenes, pero un nudo en la garganta y el miedo a ser espiada le impedían hacerlo con claridad.

-Teresita era una joven morena de ojos muy grandes, alegres, guapa y sobre todo muy inteligente.

-Abuela, por favor, quiero saber qué pasó con mi hermano.

La abuela suspiró con nostalgia.

-Tu hermano, pobrecito mío, mi querido Dani...

Una voz robotizada sonó en la sala al tiempo que la abuela pronunciaba el nombre del pequeño que figuraba en la foto guardada en el baúl, indicando que había terminado la hora de visitas a los residentes del centro, y una cinta mecánica se puso en movimiento bajo la silla de Marta que la trasladaba de un lugar a otro. Pero Esperanza haciendo oídos sordos a las órdenes del robot, siguió abrazada a su abuela mientras le decía bajito:

-Abuelita, un día volveré, te sacaré de aquí y te daré la alegría más grande recibida en toda tu vida.

Y con una sonrisa en los labios la vieron partir por un pasillo sin fin, en cuyos lados habían varios mecanismos que al pasar frente a ellos se ponían en marcha ofreciendo su servicios: zumos, batidos de chocolate, café con leche así como la presión sanguínea y pulsaciones, controlada por una persona a través de una gran pantalla instalada en un apartado despacho.

Las duchas eran similares. Los que podían andar iban en pie y los que no podían andar iban sentados en un taburete y, a través de la cinta automática pasaban por un estrecho pasillo de donde fluía, primero jabón líquido y después agua, con tanta presión que no se necesitaba esponja alguna para quedar limpio. Cuando salían por la otra puerta solo faltaba vestirse.

Las hermanas se despidieron y en sus ojos brillaba la alegría de la complicidad, pues estaban seguras de que un día no muy lejano se encontrarían con sus padres.

Nazareno se echó mano al pecho sobre el bolsillo interior de su uniforme donde guardaba con sumo cuidado el libro misterioso que le había regalado Alberto, para comprobar que seguía allí, deseoso de poderlo leer en lugar seguro y saber qué era lo que escondían sus páginas. Recordó con curiosidad el título gravado todavía en su mente “Al pan, pan y al vino, vino”. ¿Encontraría en él la clave de tantas preguntas? ¿Dónde estaba el hermano de Esperanza...?

Rosa,12-5

Jenifer, Abril y sus familias tenían ordenes de no faltar más de un día de sus domicilios bajo sanciones, por lo que marcharon sin llegar a casa de Esperanza. Pero como hemos sabido no marchaban tristes. Al besar Abril a Esperanza junto al oído le susurró: “El tren no se detiene mucho tiempo en la estación”. Por eso estaba segura que pronto volverían a verse ya que su padre también se había puesto en contacto con ellas.

Uno al lado del otro, en la acera rodante, los jóvenes iban contentos de saber que sus corazonadas se cumplían ¡eran primos! El afecto mutuo que sintieron desde el primer día en que se conocieron tenía su razón de ser.

De pronto Nazareno se da cuenta que el autofly de Yira los sigue.

--Esperanza, ¡Yira y los suyos nos siguen! ¿Qué hacemos? ¿Podemos confiar en ellos? ¿Serán de verdad quiénes dicen que son o espías de la Coalición?.

--No se, vámonos a casa, si quieren ya se posarán en el tejado. Ya sabes que dijeron que les esperáramos.

Cuando entraron Yira, Macius,y Elric se les veía contrariados.

--Esperanza, Nazareno ¡tenemos que irnos!

--¿Qué pasa?-- quisieron saber los chicos-- ¿Cómo fue la reunión? ¿De qué se trataba el encuentro? Comprenderéis que ya no sabemos en quién confiar.

--Tienes razón. ¿Sabéis que D. Alberto, el del kiosco, ha desaparecido?

Hemos estado haciendo gestiones para saber su paradero pero no hemos podido averiguar nada en concreto, solo dicen que lo han trasladado de ciudad. Nuestros contactos creen que le acusan de distribuir entre los jóvenes libros antiguos.

Esperanza no podía creer lo que acababa de sentir. En pocos días su vida había dado un giro de noventa grados, de ser una chica como tantas otras pasaba a ser conocedora de los secretos mafiosos de La Coalición, desde que aparecieron los de la OFLA ha cambiado su vida.

--Chicos, tenemos que intentar coger el tren, estáis en peligro. Sabemos que Alberto no revelará el nombre de las personas a las que regaló libros, pero hay espías por todas partes. Nazareno, guarda bien tu libro, si sospechan que tienes alguno…

¿Cómo sabía Yira que tenia él un libro prohibido? Yira se dio cuenta de sus pensamientos y afectuosa le dijo:

--No temas, no somos espías estamos aquí para ayudaros.

Esperanza les contó el encuentro con sus hermanas y la fiesta a su abuela que la pobre todavía lloraba pensando que su hija estaba detenida. Al llegar a este punto Esperanza clavó los ojos en los de Yira diciéndole:

--Yira, dices que confiemos en vosotros, pues bien, ¿sabes que le pasó a mi hermano Dani? La abuela se puso muy triste cuando se lo preguntamos.

--Está bien, solo sé rumores…Vosotras erais muy pequeñas cuando os llevaron a vivir con vuestra abuela por eso no recordáis nada de vuestra madre ni de vuestro hermano. Cuando detuvieron a tu madre le obligaron a llevarse consigo al niño, querían hacerla sufrir más, suponían que Dani no sobreviviría. La isla de la incomunicación es territorio muy duro, no apto para niños pequeños, pero con los cuidados de tu madre logró sobrevivir. Pasaron los años y a pesar de su juventud, Dani se convirtió en uno de los pioneros en la lucha contra los tiranos. Pero, espías lo delataron, lo torturaron, muriendo al poco tiempo. A tu abuela le llego la noticia, pero no quiso haceros sufrir y jamás os habló de él. Ella, aunque han pasado años, no ha logrado superarlo. Poco después tuvo el accidente y la llevaron al Centri-Mayoris.

Esperanza lloraba desconsolada. A Yira le daba pena la chica. ¡Cuánto daría por ahorrarle tanto dolor!

Matius tomó la palabra:

“Bien, con esta visita al Centri-Mayoris creerán que no hay peligro de que desobedezcáis a las autoridades, pero ¿y si Alberto no puede resistir los interrogatorios?....”

Nazareno, pensativo, pidió un poco de tiempo. Debía ir a su casa, en la buhardilla había un baúl, tal vezallí estaba la clave para saber quién era su padre. Si descubría que Alberto…No podría marchar sin él.

Los de la OFLA le dieron una hora, el tren no espera y no podían perderlo si querían salvarse y seguir luchando.

Se acomodaron en el comedor donde Lucier les preparó bebidas de agua salada y cucola.

Reinaba un silencio tenso como tensa era la espera.


Ella era una niña rebelde, no soportaba la disciplina que imponía el centro, apenas la dejaban ver a sus hermanas. ¡Qué sola se sentía! ¡Cuánto añoraba a su padre! Pero por muchos castigos que recibía no lograban hacerla más dócil

Recordaba cuando la regenta principal le presentó a su correctora, una mujer seca con unos ojos fríos que la llevaba con mano dura. La regenta estaba contenta, Jovita doblegaría a la hija pequeña de la subversiva Victoria.

Una madrugada Jovita fue al dormitorio, la hizo levantar. Era negra noche. Temía el castigo que se avecinaba. Por más que pensaba no recordaba qué había hecho para un castigo tan severo.

Una vez en el jardín así habló la mujer:

--Sigue con la mirada en el suelo, solo escucha. Todo lo que te he hecho pasar con los castigos ha sido para ganarme la confianza del centro. A partir de hoy vas a hacer ver que cambias, obedecerás sin levantar cabeza. Dentro de unos años saldrás de aquí y podrás hacer tu vida. Un día lo comprenderás. No te pido que dejes de pensar, de analizar lo que es bueno o malo, de llamar al pan, pan y al vino, vino pero guardándolo para ti, cultiva al máximo los buenos sentimientos, lee todo lo que caiga en tus manos, ten la mente abierta, solo así llegarás a la meta para la que estás destinada.

Desde entonces, cada día salían al jardín o al campo, dependiendo con el humor que se levantaban los del Center así decoraban el paisaje. Eran horas de enseñanza y de ternura la que recibía de aquella buena maestra. Era feliz, pero… un día no fue a buscarla, desapareció.

No pudieron ni despedirse… ¡Cuánto lloró!

¡Ahora comprendía muchas cosas! La gente que no interesaba a los de La Coalición la hacían desaparecer sin dar explicaciones a nadie, como habían hecho con su madre, o sencillamente los mataban como a su hermano Dani.

Se sobresaltaron, en el aganier de Esperanza se encendió la luz verde. Todos corrieron a mirar qué pasaba. Era su padre.

--Hija, date prisa, estamos a punto de pasar. No olvides la contraseña, apresúrate.

--Papá, estamos esperando a Nazareno. Aquí están Yira, Macius y Elric, han buscado a Alberto…

--Hija, ¿Alberto? ¿Alberto ha desaparecido? ¡Dios, estáis en peligro! Abandonad la casa!...

Se cortó la comunicación, el aganier se quedó sin luz.

Los de la OFLA corren tirando del brazo de Esperanza.

--Hay que irse al autofly, Elric a los mandos, ¡enciende motores!

--Y Nazareno ¿qué va ser de él?. -Decía Esperanza.

A toda prisa suben al vehiculo que se eleva hacia el cielo… Pero…¿qué es esto? Cinco autoflies los rodean. ¿Quiénes son? ¿Cómo los han encontrado? ¿Son de La Coalición? ¿Son amigos? ¡Está tan oscuro! Los focos deslumbran sin dejarles ver …

********************

Nazareno corre a su casa. Sube a la buhardilla. Abre el baúl, cuando desde un rincón le llega un suave susurro.

--¿Quién anda por aquí?

--Soy yo, Alberto.

Nazareno incrédulo va hacía él. ¡Alberto en su casa! ¡Está libre!! ¡Qué alegría! ¿Qué ha pasado?

--La Guardium Robótica vigilaba mi kiosco por lo que decidí no volver por allí. No podía ir a casa y a pesar de que compañeros me ofrecieron cobijo no quería que por mi culpa tuvieran problemas. Hace dos días que entré en tu casa, aquí en la buhardilla estaba seguro que no buscarían, todavía no sospechan de ti, pero no tardarán en hacerlo.¡Tenemos que marchar!

Nazareno le contó todo lo referente a la OFLA. Que lo habían buscado y pensaban que La Coalición lo había detenido. Le contó que el tren de Anton estaba apunto de parar en la estación y ya tenían las contraseñas para poder subir. Que Esperanza y los demás esperaban en su casa. Al hombre pareció que le quitaban un gran peso de encima.

--¿A qué estamos esperando? ¡Vámonos antes de que sea demasiado tarde!

--D. Alberto, solo una pregunta, ¿sabe usted quién….?

--Corre, no te detengas. Las respuestas otro día.

Los infelices no sabían que cinco autoflies rodeaban a Yira, Macius, Elric y a Esperanza.

¿Qué pasará? ¿Caerán en manos de los tiranos?

Roser,16-5

Nazareno examinó el libro con atención. Con excepción de las páginas centrales, no parecía más que un relato ambientado en otros tiempos. El centro del libro contenía una ilustración a doble página. No era la única, pero sí la más grande y detallada del libro. El sabía que en otros tiempos las ilustraciones formaban parte de los libros dedicados a los niños. Sabía también que ese ejemplar debía ser leído he interpretado de nuevo por Esperanza y por él en edad adulta, eso parecían esperar de ellos. Al mismo tiempo, quienes escondieron un mensaje entre esas páginas debieron tener en cuenta que podía caer en malas manos.



Hasta ahora las pistas exigían mirar más allá de lo evidente. Investigaban los héroes, y también los villanos. Había un doble fondo en el baúl, y también en la tapa del mismo. ¿Podría existir también un doble mensaje en el libro? La ilustración central representaba a una bella joven bailando en una noche de luna llena. Bajo la ilustración se leía: “Romina Elu baila sin secretos eternos del demente.” ¿Qué sentido podía tener esa frase? Nazareno era ingeniero, bueno con los números, las computadoras, las ciencias exactas. Esperanza era buena con las letras. Si la misteriosa frase era un juego de palabras, ella le encontraría un sentido.

Nazareno examinó de nuevo la ilustración. El libro podía ser muy viejo, pero la posición de la luna en el cielo correspondía a la próxima luna llena. En cuanto a la posición de las estrellas, debería usar su computadora, pero el instinto le decía que correspondían también a una fecha ya muy próxima. Según el paisaje representado, el lugar de la escena era un valle a unos 20 minutos de la casa de Esperanza, en dirección contraria a la estación. Si la interpretación del mensaje oculto debía hacer un trabajo en equipo, debía encontrarse a solas con Esperanza y mencionarle la extraña frase.

Jorge Fenix, 18-5


1 comentari:

  1. ¡Hola Roser!
    Tus narrativas están ya convertidas en un bonito libro y que las dos disponemos de un ejemplar, como recuerdo de las amigas de la plaza "Las regaeras? como nos llaman algunos en plan "cariñoso".
    Una abraçada.
    Rosa.

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