diumenge, 25 de desembre del 2011

Hola companys, com esteu? Amb aquesta nadala us desitjo unes bones festes de Nadal i que 2012 us arribi ple de salut, pau i prosperitat.
Una forta abraçada






Fins un altra!! feu bondat i feu cas al profe!!!
Roser


divendres, 14 d’octubre del 2011

Salutacions





Hola amics del curs d’informàtica del dimecres, soc una alumna de l’ Andreu, que escric en el bloc que varem crear la classe dels dimecres de fa dos anys.

Us saludo i desitjo que aprofiteu les classes que us dona el profe. Nosaltres vam apendra molt en els cursos que vam estar em ell.

Andreu, et dono les gracies per tot lo que m’has ensenyat . Van ser uns anys molt bonics i que érem un grup molt ben avingut i del que va sorgit una bona amistat.

He copiat aquest vídeo, es original espero que os agradi.

Feu molta bondat... o no!!


reser



dilluns, 12 de setembre del 2011

SE ACABARÓN LAS VACACIONES

Hola, amig@s del cataclik. El verano llega a su fin. Los colegios han comenzado y los abuelos ya tenemos más tiempo libre. ¿Que tal ha transcurrido este tiempo? ¿ Habéis disfrutado de las vacaciones? Nosotros si, han sido tranquilas.
Quiero explicaros una actividad que hemos hecho en el blog "compartirexperienciasyaprender":
El juego consistía en escribir un texto lo más divertido posible con palabras naturales cordobesas. La propietaria del blog nos puso un listado con el significado de las palabras y teniamos que incluirlas en el texto.
Rosa y yo participamos escribiendo nuestros relatos cortos, con nosotras participaron diez personas más.
Nos reímos y lo pasamos en grande. Todos super graciosos ya que las palabrejas se las traen. Aquí os pongo el relato de Rosa y el mio, haber si os reís un poco:

Risueña y contenta la zagala salteaba el TRANQUILLO, quería irse de BUREO. En su pueblo se había organizado el PEROL más BURRACO jamás visto en los alrededores. Mientras intentaba ATACARSE la camisa a su falda sospechaba que algo se le pasaba por alto y, se preguntaba a si misma, ¿creo que estoy a punto queme de… una AVENATE?.

Quería aparentar la mocita más preciosa de todos los comensales allí reunidos, secolocó los ZARCILLOS y una MOÑA a la vez que se miraba al espejo por el rabillodel ojo ZOCATO, tenia la pobre un tic que le impedía mirar de frente, motivo suficiente para intentar aparentar y conseguir su propósito, se miró una y otra vez y,lo único que consiguió fue ponerse COLORÁ, no podía por menos, ella sabía desobras lo que pensaban todos los allí reunidos de ella, que era un pocoMAMARRACHO. Sin ningún reparo por su parte decidió acercarse hasta el lugardonde el acontecimiento se iba celebrar, en un lugar llamado CHARNAQUE.

Con paso firme y airoso fue con tanta ilusión, que hasta se olvidó que todos los allíreunidos esperaban su llegada para así poder hacer, a costa de ella, una JARTÁ dehabladurías que muy pronto hizo que su mente se tornara CHUCHURRÍA.

La zagala por un momento pensó que todo aquello era un PEGO y dejando todo delado, lo mejor era continuar y plantearse REMEAR a todos los que de ella pensaronque tenía un BOROCOCO.

Jamás pensó hacer PLANPLINA alguna a ningún comensal, era algo que no entrabaen sus pensamientos. Ella, a pesar de todo, se sentía la más bonita de aquel entorno yeso hizo que no se sintiese una persona JEYONDA.

Salió feliz y radiante, en ningún momento se dio por vencida, tenía una idea de supropia imagen y no se iba a permitir bajo ningún concepto un JARDALASO.

Mientras intentaba AVERIGUAR algo sobre tanto rumor lo que consiguió fue que ala salida le pillara un GUACHITO y pensó que tanto ESABORIO no merecían lapena una ZAPATIESTA, por lo que dio media vuelta, cogió un JERINGO, y, mordisqueándolo, salió saltando la GRAÍLLA con una gracia que nadie más sabía hacerlo de aquella manera.

Fin


--Maríaaa, vamos ya.

--Chiquillo, ¿dónde quieres ir tan pronto? Luego te JARTAS del BUREO.

--¡Qué va ser pronto! Después se pone lleno de gente y no podemos BICHEAR tranquilos. ¡Anda, que te voy a comprar unos ZARCILLOS en la feria para que luzcan en tu cara morena!

--Ay, ay de ¿verdad, chiquillo que me compraras unos ZARCILLOS? Pero los que a mí me gusten ¿eh? De estos que se ZANGARREAN al mover la cabeza. Ay, cómo me gustan, mi niño. Ahora mismito bajo.

--Ten cuidaoo, no te vayas a dar un JARDALASO por la escalera. Enciende la luz…..

POM, REUQETEPOM,

--Ay, ayyyy qué HOCICAZO me he dao. Qué JARDALASOOOO, la nariz me he partido….

--Ya lo sabía yo, siempre con la luu apagá, ni que fueras catalana, tanto ahorrar. Ya está, se nos acabó el BUREO, al hospital nos vamos!!.

--¿Qué dices? Nos vamos pa la feria que no me quedo sin los ZARCILLOS, con una buena rueda de JERINGOS y un GALIPUCHE de estos que ponen en las casetas se me pasa too que aunque sea JEYONDO de BUREO nos vamos.

Así que la María y el ZOCATO de Julián cogiditos del brazo pa la feria se van. Con la PERRA por los Zarcillos va la María.

--CUCHA, CUCHA la PLAMPLINA de la Benita, ohiii ¡cómo la ACHUCHA su hombre! Tú a mí ná de ná. Pero de comprarme los ZARCILLOS no te libras.

--(No si al final tendré que comprárselos. Yo lo dije para que se diera prisa…)

--Eh, ECLISAO, cómprame un PIZCO de coco. Uff ZOCATO, qué CIPOTE!!

De estas empieza a llover

--Corre, corre pal CHARNAQUE aquel que nos mojamos y no llevemos paraguas….(je je me libro)

--Chiquillo, mis ZARCILLOS. ¡Que me los compro aunque GUACHITA me coja una pulmonía!

Al pobre hombre todo le salió mal. María se enamoró de los ZARCILLOS más caros. Delante de la Benita dio el PEGO y tan mojados han quedado que dejaron el coche ENGUACHINADO

FIN

Espero que os hayan gustado.
Este curso no sé si me apuntare a informática, quiero hacer otras actividades si encuentro alguna que me guste. Si me lo permitís me gustaría seguir haciendo alguna entrada en el blog de vez encuando para no perder el contacto con tod@s vosotr@s.
Gracias y que vaya bien el curso.
Ahh portaros bien y no hacer enfadar al Andreu.
Hasta la vista!!
Roser

diumenge, 24 de juliol del 2011

FINAL DEL RELATO COMPARTIDO



Hola amig@s, El curso ha acabado hace un mes. Ha sido un año en que Andreu con paciencia nos ha enseñado nuevos temas de informática por lo que le doy las gracias y espero que después de varios años de vernos cada semana haya quedado una buena amistad. igualmente a tod@s compañer@s os deseo un buen verano y que sigamos con una buena amistad. Ya nos iremos viendo!!
No puedo despedirme sin dejaros el final de la novela.


Había leído estos mensajes decenas de veces sin encontrarle el sentido. Lo único que descubría era un ritmo melódico en el mensaje referente a Yira, como si fuera el estribillo de una canción. Ya incluso se lo sabía de memoria y podía repetirlo sin mirar el Enofi-5G.

-¡Ya lo tengo!- gritó Esperanza-. Mira, no sé si será este el mensaje pero mi corazón ha empezado a palpitar muy deprisa cuando he formado esta frase:

“MIENTRAS LEES ESTO EL MUNDO LIBRE ESTÁ RENACIENDO”

-“El sueño imposible: Superar al enemigo imbatible.”- repitió Nazareno-. –

-Sí. ¡Eso es! Esperanza, ellos han estado preparando la revolución durante mucho tiempo para poder liberarnos del Mando Superior. Ahora sólo tenemos que descubrir cuándo será el “encuentro”. Necesitamos saber el día y la hora.

Volvió a mirar la ilustración del libro y dijo:

-Mira, este es el valle donde ahora mismo estamos.

-Es verdad –dijo Esperanza.

-La posición de la luna y las estrellas nos dirán la fecha exacta. Necesito ir a mi computador GOL y consultar los datos.

-Volvamos a nuestras casas y mañana actuaremos como de costumbre. Iremos a trabajar, nos volveremos a poner los trajes de color naranja y pondremos caras de idiotas. Por la noche nos volvemos a encontrar aquí, junto a este monolito de acero. ¿De acuerdo?

-Muy bien, Esperanza. Ve con mucho cuidado.

-Tú, también. Intentaré descifrar los signos de la vieja cartilla de mi padre, la que encontré en el baúl. Seguro que también nos ayudará a descubrir el camino a seguir.

Ambos se abrazaron emocionados y sin decir más palabras se separaron y empezaron a correr con todas sus fuerzas hacia las aceras rodantes, mientras en el cielo se dibujaron las siluetas de tres autoflies…


Aquella noche apenas pudieron dormir.

Nazareno seguía repitiendo aquellas frases que tenía grabadas en su memoria:

“El sueño imposible: Superar al enemigo imbatible.”

“…no esperes nunca una ayuda ni una mano ni un favor”

Él no lo sabía pero en esas frases se escondían los deseos de los que habitaban en el Viejo Mundo. Llevaban mucho tiempo organizándose para superar al enemigo imbatible y sabían que no podían esperar ayuda externa sino que todo dependía de ellos, de su esfuerzo y de su unión.

Esperanza tampoco podía dormir. Nada más llegar a su casa buscó todo lo relacionado con su padre y se lo llevó a la cama con la decisión de volverlo a examinar para descubrir alguna pista que les indicara cuál era el camino, qué era lo que ahora debían hacer ella y Nazareno. Eran los “elegidos”, pero ¿para qué?

Allí estaban la cuartilla donde él contaba que se había casado por segunda vez (cosa que a ella no le importaba ya que sabía que sus padres se habían amado, aunque luego decidieran separarse) y la vieja cartilla a nombre de su padre con anotaciones extrañas que parecían auténticos jeroglíficos…

-¿Qué es esto?- se preguntó- Parece un dibujo de un plano, muy esquemático, pero sí parece un plano.

En una de las hojas de la cartilla había un dibujo que apenas se veía pues el paso del tiempo había borrado la tinta. Cuadrados, círculos y triángulos se unían por medio de líneas rectas. Parecía un entramado reticular. ¿Qué significaría?

Como movida por un resorte, Esperanza se levantó de un salto y cogió su lupa-láser mirando con ella aquellos garabatos. Sí, ahora sí que podía ver más detalles: letras y puntos, que no se veían a simple vista, aparecieron ante sus ojos. Descubrió que todas las líneas llegaban a un círculo en el que había dibujado un triángulo y dentro del triángulo había dos letras: una E y una N. Lejos del círculo había un cuadrado (las líneas unían las dos figuras), y en él aparecían las letras: A, V, A y alguna más que el tiempo había borrado…

Tenía que contárselo a Nazareno. Entre los dos descifrarían el significado.

Al día siguiente hicieron lo que todos los días tenían costumbre de hacer, disimulando su nerviosismo para que nadie notara nada raro en ellos.

Nazareno aprovechó el momento en que sus compañeros hacían el descanso para comer para introducir en su computadora GOL las coordenadas de la luna y las estrellas, según la ilustración del libro. Acto seguido le salió la fecha exacta en que se produciría esa disposición en el cielo: el 30 de mayo. “¡Dentro de dos días!”, exclamó, y empezó a tararear la canción de Yira… ¿Estaba contento?

Esperanza llegó a su trabajo y empezó a coser mecánicamente, como siempre, soñando con que algún día aquello se acabara. ¡Cómo le gustaría poder coser alguno de aquellos trajes de las fotos de las revistas! Si algún día las cosas cambiaban… Algo hizo que levantara los ojos de la máquina de trabajo y se encontró con una mirada que la hizo estremecer. La persona que tenía delante, vestida con un mono como el de ella, no era un robot, ¡era Yira!

-¿Qué haces aquí?- le preguntó sin apenas mover los labios.

-Todos se fueron en el tren pero nosotros nos quedamos para ayudaros. No podíamos dejaros solos.

-¿Qué tenemos que hacer ahora?- dijo Esperanza

-Tú lo descubrirás- respondió Yira- Marcius, Elric y yo despistaremos a los vigilantes mientras Nazareno y tú cumplís con vuestro destino.

-Gracias, Yira. Ahora me siento más tranquila sabiendo que estáis aquí.

Por la noche se encontraron en el valle. Nazareno le transmitió su descubrimiento: algo grande pasaría dentro de dos días. Ella le enseñó la cartilla y los dibujos que había en una de sus hojas. Ahora parecía que lo veía más claro…

Esperanza no podía dar crédito a lo que estaba pensando. Ante sus ojos había un plano de la ciudad: el cuadrado representaba la estación, el círculo representaba el valle, el triángulo era el monolito de acero y aquellas letras eran las iniciales de sus nombres. Ahora lo entendía todo: ¡las líneas eran túneles subterráneos!


Corrieron cuánto pudieron hasta llegar al tren que ya había partido. Pero no se preocuparon ya sabían cómo podrían ir con ellos, puesto que habían descubierto que caminando por esos túneles se llegaba al Viejo Mundo, era una larga caminata pero estaban juntos y nada los detendría.

El túnel estaba lleno de telarañas “verdaderas”, Esperanza se detenía a mirar las arañas que no conocía, las extrañas alimañas que habitaban ese lugar abandonado. A diferencia de otras personas no la asustaban ni las cucarachas ni las ratas, todo eso era nuevo para ella y también para Nazareno, que no se detenía tanto porque le interesaba más llegar al final.

Lo más extraño fue cuando ya habían caminado casi todo un día, encontraron un haz de luz que ingresaba por lo que parecía una puerta, una rata se escabulló por allí, Esperanza la miró, y la siguió con la vista, se preguntó dónde llevaría esa puerta.

-¡Quiero seguirla!- le dijo a Nazareno.

-Puede ser peligroso, no sabemos qué hay del otro lado, pueden estar los autoflies.

-Qué pena quisiera ver a dónde lleva esa luz. Es diferente a la que conocemos- comentó Esperanza desilusionada

-Lo veremos en otro momento, ahora debemos seguir.

-Pero tengo sed y hambre, hace muchas horas que no nos detenemos y mis piernas ya me duelen mucho.

-Bueno entonces descansemos- mientras decía eso Nazareno miró a un lado y otro y de pronto vio que había un grifo en la pared, miró a Esperanza y luego se dirigió hacia él, lo abrió y un agua clara y cristalina comenzó a salir de ella.

-¡Mira Esperanza, es agua de verdad!

Esperanza se dirigió hacia ella y sació su sed por un largo tiempo, lo mismo hizo Nazareno.

Continuaron caminando, encontraron una vieja estación en los túneles y allí decidieron detenerse para descansar y dormir un rato. Se acostaron en un banco de madera, antiguo y gastado, en él había escrito muchos nombres y fechas. Esperanza pasó sus dedos por allí con tristeza.

-¿Qué será de los que escribieron aquí?

-¡Vaya uno a saber! Vamos Esperanza duerme un rato.

Los despertó una luz enorme y un ruido ensordecedor, un tren se detuvo en la estación y un anciano los despertó para decirles que los llevaría con sus seres queridos.

Cuál fue la alegría de los chicos al recibir esa noticia, se abrazaron y subieron rápidamente.


Cuando llegaron al Viejo Mundo, se encontraron con todos sus amigos y familiares, se abrazaron fuertemente.

No salían de su asombro de lo hermoso que era el lugar, todos vestidos con ropas que nunca habían visto y el sabor de la comida era exquisito. Ambos disfrutaron comiendo aquellas viandas y no las odiadas comidas pastilleras. “Si yo pudiera montaría un restaurante”, pensó Nazareno.

-¡Marcius, Elric, Yira! ¡Estáis aquí!- gritó Esperanza

-¡Sí! Nos hemos escapado y nos hemos venido con los nuestros. Esto lo hacemos a diario, ya lo sabes.

-¿Y mi padre y mi madre? Aún no los hemos visto. ¿Y mis hermanas?

-Todos están bien. Tu padre nos ha pedido que os llevemos a su encuentro.

-Pues vamos.

Antón les contó lo que se les había ocurrido a Victoria y a él para derrotar a la Corporación. (Estaban separados como pareja pero seguían unidos por los mismos ideales). Abrió la mano y mostró las pastillas de alimentación.

Habían pensado cambiar las pastillas que les daban para comer por unas con vitaminas y minerales fabricados por ellos mismos.

-Hemos tenido que hacer muchas pastillas, para que la población pueda despertar de ese sueño en el que están insertos. Disponemos de suficiente cantidad para 15 días, que es lo mínimo para salir de la intoxicación. Si bien todos pensábamos que era peligroso, nos dimos cuenta que era la mejor idea.

-¿Cómo se distribuirán?- preguntó Yira

-Tenemos todo pensado, menos eso- respondió Victoria.

-Ya sé- dijo Nazareno- Esperanza y yo nos disfrazaremos, robaremos un camión de abastecimiento y lo llevaremos a la distribuidora, no sospecharán porque nunca ven quiénes los conducen.

-Yo iré con vosotros- dijo Yira, mirando a los ojos a Nazareno. Éste le devolvió la mirada con una sonrisa de aprobación. Ambos se estremecieron.

-Muy bien- dijo Antón- Tenéis dos días para hacerlo. El 30 de mayo, a las 10 de la noche debéis estar en el valle y activar los resortes que hay bajo el monolito de acero. Si todo funciona como hemos diseñado, una gran compuerta se abrirá bajo vuestros pies y por ahí saldremos al Nuevo Edén. Poco a poco iremos recuperando lo que es nuestro.

Elric y Marcius, intervendrán las radios y televisiones y las prepararán para dar el mensaje de que todo lo que dice la Corporación es mentira, que siempre se pudo vivir fuera de la esfera y que todo es una patraña.

Al no estar bajo los efectos de las pastillas y con las nuevas vitaminas toda la población despertará…

Hay ocasiones en las que se impone la necesidad de olvidar para avanzar, sin el lastre del pasado. Esperanza había aprendido esta lección el día que sus recuerdos se abrieron paso entre las brumas de su memoria. Aquella noche no pudo evitar sonreír al darse cuenta que ella tarareaba la canción que tantas veces había oído cantar a Nazareno: «Verás que todo es mentira, verás que nada es amor que al mundo nada le importa, yira, yira, aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor...». De pronto, el frasco de pastillas alimenticias, con las que estaba preparándose la cena, se le resbaló de las manos. ¡Todo es mentira! Igual que un relámpago una visión había golpeado con fuerza su mente, desorientándola al verse en Viejo Mundo, junto a su padre, que le inducía a tomarse unas pastillas. Una visión tan clara e intensa que le dio la certeza de haberla vivido. No podía ser. Esperanza se acuclilló para recoger las pastillas del suelo, por alguna razón que escapaba a su control estas, ahora, le producían aversión. Decidió no tomarlas y las tiró por el sumidero de la cocina. A continuación, pequeños impulsos visuales fueron apareciendo en su mente. Partes de aquella ensoñación se entremezclaban con otras ignotas hasta ese momento. Desde la lejanía, una voz, que al acercarse identificó con la de su padre, le avisó: «Cuando empieces a recordar te inundarán las dudas. Busca entre mis viejos libros, lee los títulos, uno contiene una revelación». Esperanza subió a prisa al desván, rebuscó en el fondo del baúl y comenzó a extraer libros, “El amor en tiempos del cólera”, “El coronel no tiene quien le escriba”, “Cien años de soledad”, “No digas que fue un sueño”, «¡Dios mío, no puede ser! ¡No fue un sueño, estuve en Viejo Mundo!». Bajó del desván confundida, encaminó sus pasos hacia el sofá y se recostó en él con la intención de organizar las teselas de aquel nuevo mosaico que se formaba ante ella.

Esperanza recordó el momento en que Marcius posó el autofly sobre el suelo de acero y le dio la bienvenida al lugar. Una gran expectación se había apoderado de ella. Yira se percató y la tomó de una mano para infundirle ánimo. Recorrieron a prisa el aeródromo —donde descansaban multitud de autoflies—, y un largo pasillo hasta llegar a una gran sala. Todo era altamente tecnológico, había innumerables artilugios, paneles de control con luces y sonidos, pero sin botones a la vista, grandes pantallas holográficas y, en el centro de la sala, una plataforma que en un instante fue invadida por un haz de luz blanca y densa que casi podía tocarse. Esperanza retrocedió un paso y miró a Yira buscando una explicación, pero antes de que esta hiciera cualquier gesto, la joven vio cómo en mitad de la neblina se podía distinguir dos siluetas humanas, la de un hombre y la de una mujer. Tuvo la intuición de que se trataba de sus padres y corrió a su encuentro. Frente a ellos, parada, no daba crédito a lo que estaba viendo. Victoria se abrazó a su hija, fundiéndose ambas en un largo y cálido abrazo. Tantos años de ausencia, tantas pesadillas vividas, tantas cosas que recuperar y contarse se agolpaban en sus almas y pugnaban por salir atropelladamente. Las emociones aprisionaban las palabras en la garganta de las dos mujeres, pero dieron total libertad a las lágrimas consoladoras. Al rato, Esperanza se abrazó a su padre, todavía incrédula.


El grupo se dirigió al comedor. Esperanza observaba hasta el mínimo detalle, un mundo nuevo se abría ante sus ojos. Se sorprendió al ver a tantas personas viviendo en Viejo Mundo, y aún más al ver un asado con patatas en el plato que le sirvieron. Nada de pastillas. Antón intuyó lo que estaba pensando su hija: «Come tranquila, aquí no son necesarias esas abominables pastillas. Mañana, cuando hayas descansado verás cosas que no creerás y te contaremos cómo caímos en todo aquello que derivó la creación de Nuevo Edén. Ahora, disfrutemos del reencuentro por unas horas, hija». Hablaron de las hermanas, de los nietos que aún no conocían Antón y Victoria, de la abuela Marta, comieron, rieron y se emocionaron, ajenos a lo que los envolvía y al incierto destino. Después acompañaron a Esperanza a una habitación para pasar la noche. «Todo es blanco y luminoso en Viejo Mundo», pensó la joven al ver aquel cuarto con lo justo, una cama una mesita y un armario, pero de una limpieza que podía respirarse. Se acostó, pero apenas pudo dormir, la excitación que sentía por lo que acababa de vivir y la intriga por lo que su padre le había prometido que vería se lo impidieron.

("Caballos en el valle del Viejo Mundo". Foto de Margarita)

A la mañana siguiente, Antón fue a recoger a Esperanza y la llevó a la plataforma en la que la noche anterior habían aparecido él y Victoria. «No temas, hija. Es un transportador. Lo utilizamos para desplazarnos al lugar en el que trabajamos». La joven sintió una extraña sensación de levedad al pisarla y, tras unos segundos, se encontró ante un paraíso. Un gran valle enclavado en medio de aquellas montañas. «En realidad, esto es lo que verdaderamente le da sentido a Viejo Mundo», afirmó orgulloso, Antón. Esperanza solo había contemplado aquel espectáculo en los libros del desván, incontables huertos con todo tipo de hortalizas se desplegaban ante su paso, árboles frutales, que por primera vez podía tocar, y en la lejanía podía distinguir ovejas y cabras en los risco y unas vacas bebiendo en un arroyuelo. «¡Papá, eres como Noé!», espetó absorta. Respiró profundamente, nunca había experimentado esa sensación de paz, felicidad y pertenencia que le transmitía la naturaleza.


Antón le explicó a su hija, que tras la rebelión en la isla de la Incomunicación su madre y los demás disidentes habían iniciado un éxodo, llevándose con ellos un pequeño grupo de animales que todavía conservaban los de La Coalición para sus experimentos genéticos, semillas de todo tipo, que aún almacenaban en hibernación y toda la tecnología que había en aquel lugar y que hasta ese momento sirvió para controlarlos. Con aquellas herramientas y mucho trabajo habían logrado crear aquel paraíso desde el cual se organizaban con la intención de volver a repoblar todo el planeta, tras su liberación.

("Trabajos de Viejo Mundo". Foto de Margarita)

De regreso, en el vientre de la montaña, Antón y Victoria hicieron sentar a su hija en la privacidad de su cuarto. Debían explicarles algo y Victoria tomó de las manos a su hija y comenzó a narrar: «Esperanza, cuando los acontecimientos se transforman gradualmente, es imperceptible el cambio, hasta que un buen día te despiertas y ya nada es igual. Nadie se cuestionó cuánto habíamos avanzado tecnológicamente en el último siglo, al contrario, las personas se emborracharon de los logros, de lo que creían progreso y conocimiento. El siglo XX había sido vertiginoso. Al comienzo de esta era apenas existía la luz eléctrica en las casas, acababa de inventarse la radio y el primer aeroplano era un recién nacido, en cuestión de cien años, el mundo había dado un vuelco sin precedentes en la historia, se contaba con ordenadores, no solo se volaba regularmente en sofisticados aviones, sino que el hombre podía salir de nuestro planeta en cohetes, llegó a pisar la Luna y parecía dominar la energía nuclear. En contraposición en otras aéreas no habían dado ni un solo paso adelante, seguían existiendo guerras, países hundidos en la miseria donde el hambre asolaba y los niños enfermaban y morían de dolencias que eran fácilmente curables en los países desarrollados. Todo eso ya lo sabes por los libros, hija». Victoria bebió un sorbo de agua y continuó: «Llegaron como ladrones en la noche. Al principio, aparecieron cabezas de ganado mutiladas. Les faltaban partes de sus órganos, no tenían señales de mordiscos de animales salvajes, no se observaba restos de sangre en las cercanías y las heridas habían sido cauterizadas, como si un experto cirujano hubiera trabajado en un quirófano. La población nunca llegó a tener noción de lo que ocurría realmente más allá de estos inexplicables sucesos, pero no así los gobernantes y los poderosos. Llegaron de Orión. Necesitaban una sustancia que poseían los seres vivos para perpetuar su raza. Tras comprobar que los seres de la Tierra eran óptimos para sus fines, entraron en contacto con los poderes mundiales y les ofrecieron un trato: enseñarles sus avances tecnológicos a cambio de total impunidad para sus acciones».



Marcius irrumpió en la habitación para anunciarles que Yira, Elric y él tenían todo preparado para el retorno a Nuevo Edén. Si tardaban demasiado en hacer regresar a Esperanza La Coalición podría comenzar a sospechar sobre su ausencia y colocarían a la joven en una situación de peligro. Antón asintió y pidió unos momentos más para concluir la explicación. Esperanza estaba intrigada y el desasosiego iba creciendo. Victoria siguió con su relato: «Hija, el hombre es avaricioso y no solo aceptaron el trato, sino que no movieron un dedo cuando los seres venidos del exterior aparte de utilizar el ganado comenzaron a hacerlo con las personas. Para ese entonces, “El Mercado” ostentaba más poder que los gobernantes, gracias a los buenos negocios creados y las fortunas amasadas con los sustanciosos negocios que habían desarrollado con las nuevas tecnologías alienígenas. No estaban dispuestos a perderlas ni el poder adquirido. Transigieron y callaron». Esperanza no daba crédito a lo que estaba oyendo. Victoria acarició el pelo a su hija y volvió al relato: «Los alienígenas no tardaron mucho en hacerse con el control del planeta, contaban con la connivencia de sus secuaces humanos. Inventaron una anomalía solar para poder construir la enorme bóveda celeste. Ya has comprobado que nada le sucede al sol. Era una artimaña de dominación, una forma de delinear el perímetro de lo que sería su “Nuevo Edén”. Un lugar donde mantendrían a la población adormecida y alimentada con pastillas, donde todo estuviera enfocado en conseguir la máxima calidad de la ansiada sustancia que nosotros portamos. Hija mía, Nuevo Edén es una granja».


Esperanza se levantó sobrecogida, horrorizada: «¿Cómo puede ser? ¿Quién te lo contó? ¡Puede ser una mentira! ¡Que te engañaran!». Antón abrazó a su hija para calmarla e hizo una señal a Victoria para que continuara. «La isla de la Incomunicación es la última estación, Esperanza. Yo estuve allí y lo vi. Cada día desaparecían cientos de personas. Se los llevaban y no regresaban más. Nos organizamos, investigamos, espiamos y descubrimos la verdad. Cuando yo llegué ya existían esos grupos, antes hubo otros y el fruto de tanto dolor y tanto valor lo pudimos recoger cuando me tocó estar a mí allí. Nos revelamos, perdimos muchos elementos en la acción, pero nos liberamos. El resto ya lo conoces, tu padre te lo ha enseñado. Del mismo modo liberaremos Nuevo Edén. La fecha está próxima, y después la familia podrá reunirse de nuevo». La joven corrió a los brazos de su madre y la besó.

Marcius entró de nuevo a dar el segundo aviso y todos se encaminaron aprisa hacia el aeródromo. Subieron al autotly y antes de partir Antón se dirigió a su hija: «Son demasiadas emociones, demasiada información como para que la asimiles y una vez llegada a Nuevo Edén, tus constantes vitales no te delaten. Debes tomar esta pastilla que borrará tu memoria. Recordarás en su justo momento. Cuando empieces a recordar te inundarán las dudas. Busca entre mis viejos libros, lee los títulos, uno contiene una revelación. “No digas que fue un sueño” es el indicado. Cuando tengas todas las piezas sabrás que el momento ha llegado y lo que debes hacer». Yira observó el gesto de intranquilidad de Esperanza y le indicó: «No te preocupes, cielo, cuando eso suceda nosotros permaneceremos junto a ti». La joven se abrazó a sus padres, les dio un beso de despedida, tomó la pastilla de la mano de Antón y la tragó.

Fin

Conchi, Margarita y Aldhenax (28 de mayo de 2011)

-






Feliz verano y hasta la vista. Abrazos para todos.

Roser

divendres, 1 de juliol del 2011

RELATO COMPARTIDO

Haber si os acabo la novela. Ya queda muy poco, pero largo, para ponerla de una sola entrada.


-Marcius, Elric, rápido, camuflad el autofly y dad la vuelta- dijo Yira-. Tenemos que despistar a estos entrometidos.

Marcius y Elric pulsaron los botones de aquel aparato supersónico, expulsando un chorro de humo blanco que enseguida se convirtió en una nube que rodeó al autofly, siendo difícil localizarlo. Dieron un giro de ciento ochenta grados y desaparecieron del área de visión de los otros autoflies que los rodeaban.

-Vamos a casa de Nazareno, tenemos que recogerlo, no podemos dejarlo atrás- dijo Esperanza.

-De acuerdo- respondió Yira-. Pero tenemos que actuar muy rápido, pronto se darán cuenta de que hemos huido.

Al llegar frente a la puerta de la vivienda de Nazareno, éste salía junto a Alberto.

-¡Alberto, estás vivo!- gritó Esperanza- ¡Qué alegría! Rápido, tenemos que ir a la estación. Nos están persiguiendo.

-Espera- dijo Nazareno-. Ellos nos persiguen a ti y a mí, además de a Alberto. Es mejor dividirnos para despistarlos.

-Muy bien- contestó Esperanza-. Yira, Alberto irá con vosotros, yo me quedaré con Nazareno, pero voy a pedirte un favor, id a recoged a mi abuela Marta al Centri-Mayoris. Me comunicaré con mis hermanas por medio del againer y les diré que Jennifer se vaya a la estación con su familia y que Abril vaya en busca de nuestra abuela.

-Muy bien- respondió Yira-. ¡Tened mucho cuidado!

Alberto y Yira subieron al autofly que rápidamente se elevó en el cielo dejando tras de sí una estela blanca que se condensó sobre sus cabezas como una gran nube de algodón.

Esperanza dio gracias por que Jennifer y Abril no se hubieran ido a sus casas. Habían aprovechado la visita a su abuela para tomarse unas vacaciones y enseñarles a los niños el Citizen Zoo-Park y el Sport Robo-Center. En el primero podían ver todo tipo de animales robotizados y en el segundo podrían practicar infinidad de deportes virtuales. Se habían alojado en el Grand-Plastic Hotel porque se encontraba cerca del Centri-Mayoris.

Activó su againer y avisó a sus hermanas, dándoles las órdenes pertinentes. También les recordó que cogieran las toquillas que ella había encontrado ocultas en la tapadera del baúl, las que les entregó cuando fueron a darle la fiesta sorpresa a su abuela. Estaba segura de que al cubrirse con ellas quedaban invisibles a los ojos de aquellos seres robotizados, que sólo conocían los colores programados.

-Abril, vete a buscar a la abuela. Sácala al balcón y allí os recogerán nuestros amigos para llevaros a la Vieja Estación. Ya sabes que las palabras clave para subir al tren son: AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO.

-Muy bien, Esperanza- dijo Abril-. Mensaje recibido. Ten mucho cuidado. Pronto habrá terminado esta pesadilla.

-Vamos, Esperanza, tenemos que escondernos- dijo Nazareno- Corramos en dirección contraria a la que van ellos. Seguramente los autoflies nos seguirán a nosotros y así podremos despistarlos. Desviaremos su atención.

De un salto subieron a las aceras rodantes y, al mismo tiempo que se deslizaban calle abajo, corrían con todas sus fuerzas. Tenían que alejarse cuanto más, mejor para que los otros pudieran estar seguros.

La nube blanca poco a poco fue desvaneciéndose y ellos empezaron a ver el azul oscuro del cielo donde se empezaba a dibujar la silueta de una luna, una luna llena. Al verla, Nazareno recordó la ilustración del libro que llevaba en el bolsillo, el que le regaló Alberto a escondidas diciéndole: “escóndelo bien, que no te lo vea nadie por la calle y cuando llegues a casa lo lees, quiero que también lo lea tu amiga Esperanza, encontraréis cosas que os sorprenderán. Si tomáis la decisión que espero, contad conmigo para lo que sea, yo os conozco a los dos desde que nacisteis.”

-Esperanza, prepárate a saltar de la acera, vamos hacia ese valle- dijo de pronto Nazareno.

Ella, sin hacer preguntas, lo obedeció. Cogidos de la mano saltaron y corrieron todo lo rápido que sus piernas se lo permitían. Pisaron el césped artificial de aquel valle -falso valle ya que los árboles y las flores eran de plástico. Las plantas salían del suelo por un resorte mecánico que controlaban en el Citizen Center. Árboles que crecían o que desaparecían según desearan sus mandatarios. ¡Algunos hasta llevaban pájaros posados en sus copas que entonaban trinos como si fueran auténticos!-.

Cansados se detuvieron un momento para respirar al lado de un monolito de acero que representaba el poder, según siempre habían oído.

-Mira la luna- dijo Esperanza- ¿Esa luna es de verdad o también es falsa? Estoy tan confusa que no sé qué pensar.

-Esperanza, tengo que enseñarte algo- Nazareno sacó el libro de su bolsillo-. Este libro me lo dio Alberto hace tiempo y me dijo que lo leyéramos tú y yo. Lo he llevado siempre conmigo para que no me lo quitaran pues, según me dijo, en él hay un mensaje. Yo lo he leído y no he sabido encontrarlo, pero lo que más me llama la atención es esta ilustración.

-“Viajes hacia la Esperanza”- dijo ella leyendo el título con voz emocionada- Vi este libro en la Bibliotecadel Monasterio de los Benedictinos entre los libros antiguos pero el bibliotecario me comentó que ese libro no podía cederlo, pues un joven lo retiraría en horas del atardecer. ¿El joven eras tú?

-No. No fui yo quien lo retiró. Fue Alberto pues él sabía que en él se encuentra un mensaje muy importante que nos llevará a la libertad pero que hay que saber encontrar. Sólo los elegidos sabrán interpretarlo.

Los dos se detuvieron en la ilustración central que representaba a una bella joven bailando en una noche de luna llena. Bajo el dibujo se leía: “Romina Elu baila sin secretos eternos del demente.”

-Fíjate en la posición de la luna y de las estrellas, es prácticamente igual a la que podemos observar en el cielo ahora mismo. Tendría que ir a mi computadora para fijar la fecha a la que se refiere, pero creo que es una fecha próxima.

-¿Y esta frase que hay debajo de la ilustración, qué querrá decir?- preguntó Esperanza.

-No lo sé. Confiaba en que tú supieras descifrarla. Parece un juego de palabras, un anagrama. He leído que antiguamente les gustaban jugar con las palabras y hasta se dejaban mensajes ocultos, algunos eran positivos y otros fueron claves para provocar grandes desastres. Esperemos que éste sea de los positivos. ¿Sabrás interpretarlo?

-Lo intentaré- dijo Esperanza-. ¡Pero necesito tiempo y no lo tenemos!


Abril se echó sobre los hombros la vieja toquilla y corrió hasta el Centri-Mayoris ocultándose en las sombras de la noche. Afortunadamente el Hotel se encontraba cerca, apenas a cinco minutos. La puerta estaba abierta (todas las puertas lo estaban ya que nadie salía a la calle después del toque de queda. La Guardium Robótica vigilaba para que las leyes se cumplieran). Abril se coló sigilosamente y agachada corrió hasta la habitación de su abuela. Sabía que si lo hacía pegada a las paredes no la descubrirían las robo-cámaras.

Marta estaba sentada en su silla, como esperando a que algo sucediera. Abril llegó hasta ella y la abrazó, diciéndole al oído: abuela, nos vamos, no tengas miedo. Esperó detrás de la puerta del balcón hasta ver aparecer el autofly de Yira. Éste apareció como de la nada. Rápidamente Marcius bajó y ayudó a Abril a subir a Marta. En menos de cinco segundos volvieron a elevarse en el cielo. Debían tener mucho cuidado de que los autoflies de la Guardium Robótica no los descubrieran otra vez, así que Elric activó de nuevo el gas de camuflaje y el aparato se envolvió en una densa nube. Sólo ellos podían ver gracias a los rayos ultravioleta.

Los againers de Abril, de Jennifer y de Esperanza se activaron a la vez encendiéndose la luz verde. Un mensaje apareció en la pantalla: “Hijas, la locomotora se ha parado en la vieja estación. La espera ha terminado.”

Abril se lo enseñó a Alberto y éste le pidió a Yira que se dieran prisa en llegar a la Estación. Yira dio las órdenes a Marcius y Elric y en dos segundos estuvieron posados junto a las vías.

Jennifer acudió a su encuentro y les dijo: “Rápido, corramos hacia la locomotora”.

Se movían en silencio, como sombras entre tinieblas. Una fuerza interior los mantenía unidos y ahora no sentían miedo.

Entraron a la vieja locomotora al tiempo que Jennifer y Abril activaban sus againers. “Estamos aquí, papá”

“Dirigíos al cuadro de mandos y decid las palabras de la clave”

Así lo hicieron. “AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO”, dijeron todos con una sola voz.

De pronto una compuerta se abrió a sus pies y unas manos los invitaban a bajar. Sin pensarlo empezaron a deslizarse por el túnel excavado bajo la locomotora. Aquella locomotora que tanto había significado en sus vidas.

Jennifer, su marido, sus hijos, Abril, su pareja, Marta, Alberto y muchas personas que habían sido avisadas y que también habían podido llegar hasta el lugar, escapando de sus viviendas, entraron por las compuertas abiertas en el suelo de la locomotora. Iban a encontrarse por fin con sus padres, sus hermanos, sus amigos…

-Marcius, Elric, yo me quedo –dijo Yira- No puedo dejar a Esperanza y a Nazareno solos. Id vosotros con los demás.

-No, Yira. Formamos un equipo, siempre hemos estado juntos así que nosotros también nos quedamos –respondieron Marcius y Elric-. Volvamos al autofly y démosle caña a esos malvados.

Bajaron varios túneles y por fin llegaron a una estación subterránea. Un tren Underground HS (High Speed) se detuvo, las puertas se abrieron y todos subieron a la vez. En dos segundos volvió a partir a su destino: el Viejo Mundo.

Antón abrazó a sus hijas Jennifer y Abril.

-¿Y Esperanza? ¿Dónde está?

-Se tuvo que quedar allí para despistar a los autoflies. Está con Nazareno. ¿Qué será de ellos?


“Romina Elu baila sin secretos eternos del demente.” –leía Esperanza una y otra vez-. ¿Qué querrá decir?

De pronto recordó que cuando niña jugaba con su madre y sus hermanas a componer y descomponer frases. A ella se le daba muy bien. Separaban las letras y con ellas formaban palabras hasta que salía una nueva frase. Sin darse cuenta empezó a hacer lo mismo con aquellas palabras:

R R R O O O M M I I I N N N N E E E E E E E E E L L L U B A A A S S S S C T T D D

Mientras ella jugaba con las letras para descifrar el anagrama, Nazareno cogió su Enofi-5G y revisó los datos que su computador GOL le había dado cuando introdujo las palabras OFLA y YIRA.

“ManOFLAmancha. El sueño imposible: Superar al enemigo imbatible.”

“Verás que todo es mentira, verás que nada es amor que al mundo nada le importa, yira, yira, aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda ni una mano ni un favor”


Continuará

Roser