divendres, 1 de juliol del 2011

RELATO COMPARTIDO

Haber si os acabo la novela. Ya queda muy poco, pero largo, para ponerla de una sola entrada.


-Marcius, Elric, rápido, camuflad el autofly y dad la vuelta- dijo Yira-. Tenemos que despistar a estos entrometidos.

Marcius y Elric pulsaron los botones de aquel aparato supersónico, expulsando un chorro de humo blanco que enseguida se convirtió en una nube que rodeó al autofly, siendo difícil localizarlo. Dieron un giro de ciento ochenta grados y desaparecieron del área de visión de los otros autoflies que los rodeaban.

-Vamos a casa de Nazareno, tenemos que recogerlo, no podemos dejarlo atrás- dijo Esperanza.

-De acuerdo- respondió Yira-. Pero tenemos que actuar muy rápido, pronto se darán cuenta de que hemos huido.

Al llegar frente a la puerta de la vivienda de Nazareno, éste salía junto a Alberto.

-¡Alberto, estás vivo!- gritó Esperanza- ¡Qué alegría! Rápido, tenemos que ir a la estación. Nos están persiguiendo.

-Espera- dijo Nazareno-. Ellos nos persiguen a ti y a mí, además de a Alberto. Es mejor dividirnos para despistarlos.

-Muy bien- contestó Esperanza-. Yira, Alberto irá con vosotros, yo me quedaré con Nazareno, pero voy a pedirte un favor, id a recoged a mi abuela Marta al Centri-Mayoris. Me comunicaré con mis hermanas por medio del againer y les diré que Jennifer se vaya a la estación con su familia y que Abril vaya en busca de nuestra abuela.

-Muy bien- respondió Yira-. ¡Tened mucho cuidado!

Alberto y Yira subieron al autofly que rápidamente se elevó en el cielo dejando tras de sí una estela blanca que se condensó sobre sus cabezas como una gran nube de algodón.

Esperanza dio gracias por que Jennifer y Abril no se hubieran ido a sus casas. Habían aprovechado la visita a su abuela para tomarse unas vacaciones y enseñarles a los niños el Citizen Zoo-Park y el Sport Robo-Center. En el primero podían ver todo tipo de animales robotizados y en el segundo podrían practicar infinidad de deportes virtuales. Se habían alojado en el Grand-Plastic Hotel porque se encontraba cerca del Centri-Mayoris.

Activó su againer y avisó a sus hermanas, dándoles las órdenes pertinentes. También les recordó que cogieran las toquillas que ella había encontrado ocultas en la tapadera del baúl, las que les entregó cuando fueron a darle la fiesta sorpresa a su abuela. Estaba segura de que al cubrirse con ellas quedaban invisibles a los ojos de aquellos seres robotizados, que sólo conocían los colores programados.

-Abril, vete a buscar a la abuela. Sácala al balcón y allí os recogerán nuestros amigos para llevaros a la Vieja Estación. Ya sabes que las palabras clave para subir al tren son: AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO.

-Muy bien, Esperanza- dijo Abril-. Mensaje recibido. Ten mucho cuidado. Pronto habrá terminado esta pesadilla.

-Vamos, Esperanza, tenemos que escondernos- dijo Nazareno- Corramos en dirección contraria a la que van ellos. Seguramente los autoflies nos seguirán a nosotros y así podremos despistarlos. Desviaremos su atención.

De un salto subieron a las aceras rodantes y, al mismo tiempo que se deslizaban calle abajo, corrían con todas sus fuerzas. Tenían que alejarse cuanto más, mejor para que los otros pudieran estar seguros.

La nube blanca poco a poco fue desvaneciéndose y ellos empezaron a ver el azul oscuro del cielo donde se empezaba a dibujar la silueta de una luna, una luna llena. Al verla, Nazareno recordó la ilustración del libro que llevaba en el bolsillo, el que le regaló Alberto a escondidas diciéndole: “escóndelo bien, que no te lo vea nadie por la calle y cuando llegues a casa lo lees, quiero que también lo lea tu amiga Esperanza, encontraréis cosas que os sorprenderán. Si tomáis la decisión que espero, contad conmigo para lo que sea, yo os conozco a los dos desde que nacisteis.”

-Esperanza, prepárate a saltar de la acera, vamos hacia ese valle- dijo de pronto Nazareno.

Ella, sin hacer preguntas, lo obedeció. Cogidos de la mano saltaron y corrieron todo lo rápido que sus piernas se lo permitían. Pisaron el césped artificial de aquel valle -falso valle ya que los árboles y las flores eran de plástico. Las plantas salían del suelo por un resorte mecánico que controlaban en el Citizen Center. Árboles que crecían o que desaparecían según desearan sus mandatarios. ¡Algunos hasta llevaban pájaros posados en sus copas que entonaban trinos como si fueran auténticos!-.

Cansados se detuvieron un momento para respirar al lado de un monolito de acero que representaba el poder, según siempre habían oído.

-Mira la luna- dijo Esperanza- ¿Esa luna es de verdad o también es falsa? Estoy tan confusa que no sé qué pensar.

-Esperanza, tengo que enseñarte algo- Nazareno sacó el libro de su bolsillo-. Este libro me lo dio Alberto hace tiempo y me dijo que lo leyéramos tú y yo. Lo he llevado siempre conmigo para que no me lo quitaran pues, según me dijo, en él hay un mensaje. Yo lo he leído y no he sabido encontrarlo, pero lo que más me llama la atención es esta ilustración.

-“Viajes hacia la Esperanza”- dijo ella leyendo el título con voz emocionada- Vi este libro en la Bibliotecadel Monasterio de los Benedictinos entre los libros antiguos pero el bibliotecario me comentó que ese libro no podía cederlo, pues un joven lo retiraría en horas del atardecer. ¿El joven eras tú?

-No. No fui yo quien lo retiró. Fue Alberto pues él sabía que en él se encuentra un mensaje muy importante que nos llevará a la libertad pero que hay que saber encontrar. Sólo los elegidos sabrán interpretarlo.

Los dos se detuvieron en la ilustración central que representaba a una bella joven bailando en una noche de luna llena. Bajo el dibujo se leía: “Romina Elu baila sin secretos eternos del demente.”

-Fíjate en la posición de la luna y de las estrellas, es prácticamente igual a la que podemos observar en el cielo ahora mismo. Tendría que ir a mi computadora para fijar la fecha a la que se refiere, pero creo que es una fecha próxima.

-¿Y esta frase que hay debajo de la ilustración, qué querrá decir?- preguntó Esperanza.

-No lo sé. Confiaba en que tú supieras descifrarla. Parece un juego de palabras, un anagrama. He leído que antiguamente les gustaban jugar con las palabras y hasta se dejaban mensajes ocultos, algunos eran positivos y otros fueron claves para provocar grandes desastres. Esperemos que éste sea de los positivos. ¿Sabrás interpretarlo?

-Lo intentaré- dijo Esperanza-. ¡Pero necesito tiempo y no lo tenemos!


Abril se echó sobre los hombros la vieja toquilla y corrió hasta el Centri-Mayoris ocultándose en las sombras de la noche. Afortunadamente el Hotel se encontraba cerca, apenas a cinco minutos. La puerta estaba abierta (todas las puertas lo estaban ya que nadie salía a la calle después del toque de queda. La Guardium Robótica vigilaba para que las leyes se cumplieran). Abril se coló sigilosamente y agachada corrió hasta la habitación de su abuela. Sabía que si lo hacía pegada a las paredes no la descubrirían las robo-cámaras.

Marta estaba sentada en su silla, como esperando a que algo sucediera. Abril llegó hasta ella y la abrazó, diciéndole al oído: abuela, nos vamos, no tengas miedo. Esperó detrás de la puerta del balcón hasta ver aparecer el autofly de Yira. Éste apareció como de la nada. Rápidamente Marcius bajó y ayudó a Abril a subir a Marta. En menos de cinco segundos volvieron a elevarse en el cielo. Debían tener mucho cuidado de que los autoflies de la Guardium Robótica no los descubrieran otra vez, así que Elric activó de nuevo el gas de camuflaje y el aparato se envolvió en una densa nube. Sólo ellos podían ver gracias a los rayos ultravioleta.

Los againers de Abril, de Jennifer y de Esperanza se activaron a la vez encendiéndose la luz verde. Un mensaje apareció en la pantalla: “Hijas, la locomotora se ha parado en la vieja estación. La espera ha terminado.”

Abril se lo enseñó a Alberto y éste le pidió a Yira que se dieran prisa en llegar a la Estación. Yira dio las órdenes a Marcius y Elric y en dos segundos estuvieron posados junto a las vías.

Jennifer acudió a su encuentro y les dijo: “Rápido, corramos hacia la locomotora”.

Se movían en silencio, como sombras entre tinieblas. Una fuerza interior los mantenía unidos y ahora no sentían miedo.

Entraron a la vieja locomotora al tiempo que Jennifer y Abril activaban sus againers. “Estamos aquí, papá”

“Dirigíos al cuadro de mandos y decid las palabras de la clave”

Así lo hicieron. “AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO”, dijeron todos con una sola voz.

De pronto una compuerta se abrió a sus pies y unas manos los invitaban a bajar. Sin pensarlo empezaron a deslizarse por el túnel excavado bajo la locomotora. Aquella locomotora que tanto había significado en sus vidas.

Jennifer, su marido, sus hijos, Abril, su pareja, Marta, Alberto y muchas personas que habían sido avisadas y que también habían podido llegar hasta el lugar, escapando de sus viviendas, entraron por las compuertas abiertas en el suelo de la locomotora. Iban a encontrarse por fin con sus padres, sus hermanos, sus amigos…

-Marcius, Elric, yo me quedo –dijo Yira- No puedo dejar a Esperanza y a Nazareno solos. Id vosotros con los demás.

-No, Yira. Formamos un equipo, siempre hemos estado juntos así que nosotros también nos quedamos –respondieron Marcius y Elric-. Volvamos al autofly y démosle caña a esos malvados.

Bajaron varios túneles y por fin llegaron a una estación subterránea. Un tren Underground HS (High Speed) se detuvo, las puertas se abrieron y todos subieron a la vez. En dos segundos volvió a partir a su destino: el Viejo Mundo.

Antón abrazó a sus hijas Jennifer y Abril.

-¿Y Esperanza? ¿Dónde está?

-Se tuvo que quedar allí para despistar a los autoflies. Está con Nazareno. ¿Qué será de ellos?


“Romina Elu baila sin secretos eternos del demente.” –leía Esperanza una y otra vez-. ¿Qué querrá decir?

De pronto recordó que cuando niña jugaba con su madre y sus hermanas a componer y descomponer frases. A ella se le daba muy bien. Separaban las letras y con ellas formaban palabras hasta que salía una nueva frase. Sin darse cuenta empezó a hacer lo mismo con aquellas palabras:

R R R O O O M M I I I N N N N E E E E E E E E E L L L U B A A A S S S S C T T D D

Mientras ella jugaba con las letras para descifrar el anagrama, Nazareno cogió su Enofi-5G y revisó los datos que su computador GOL le había dado cuando introdujo las palabras OFLA y YIRA.

“ManOFLAmancha. El sueño imposible: Superar al enemigo imbatible.”

“Verás que todo es mentira, verás que nada es amor que al mundo nada le importa, yira, yira, aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda ni una mano ni un favor”


Continuará

Roser

1 comentari:

  1. ¡Hola Roser!
    Me gusta que compartas la novela de las amigas de la plaza con todos los que deseen pasar por Cataclik, aunque no dejen comentarios se que lo leen, haber si alguien se decide a dejar sus comentario, siempre es de agradecer.
    Gracias por el trabajo que te comporta estas entradas tan largas.
    Creo que parte de este capitulo lo conozco, ja,aja,ja!!!!!!!
    Una abraçada.
    Rosa.

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